24 de abril de 2015

Corazón de piedra

Hay personas que no estamos hechas para ser frías o tener un muro de cristal a nuestro alrededor, no podemos. Sentimos lo mismo que el resto pero ni lo ocultamos ni pretendemos fingir que no lo sentimos.

Probablemente seamos los que más ostias nos demos, de tanto sentir y arriesgar. Siempre diremos que no nos arriesgaremos más, que la próxima vez seremos más fríos...pero son mentiras que nos decimos a nosotros mismos. Porque cuando ya estás decidida a entrar en un momento de tu vida en el que no quieres sentir más, alguien aparece, atraviesa esos supuestos muros de cristal que habías construido...y de nuevo la misma historia.

Aún con todo, en el fondo si aprendemos del resto de historias.
Yo aprendí a que cada persona tiene un momento y una velocidad, que si realmente alguien te gusta no sirve de nada meter prisa.

Que aunque creamos que no, la paciencia sale de debajo de las piedras y todo porque tienes esa corazonada de que nuevamente esa persona es diferente. Luego lo será o no, eso como con todo solo el tiempo te da la respuesta.

Si, dije corazonadas. Siguen siendo sentimientos de lo que hablo y llámame loca si a pesar de todo me arriesgo a sentir. Me da miedo, me aterra el darme cuenta de la paciencia que estoy teniendo contigo y de como cada día me trago la inseguridad de que esto que pienso que tenemos sean imaginaciones mías. En el fondo se que no debo tener esa inseguridad, pero no siempre se puede evitar.

Me sorprendo conmigo misma, en otras situaciones ya me habría alejado y no me habría planteado el seguir aguantando. 
Pero lo hago.

23 de abril de 2015

San Jorge



Aún con el buen sabor de boca del Inter Manadas, me veo celebrando San Jorge a golpe de despedida. Una despedida anunciada aunque repentina, una despedida con sabor amargo dadas las circunstancias.

Muchos errores he cometido estos meses, pero aun con todo me llevo más cosas buenas que malas ya que puedo decir que superé muchas de las barreras que a mi misma me ponía. No quita para que esta relación empezará a ser algo toxica pero a pesar de ello cada uno dentro de sus posibilidades seguíamos ahí buscando la manera de que este fin de ronda fuera el mejor para los chavales. Porque como pasa cuando cambias al otro lado de la línea, todo se hace por los chavales.

Nuevamente buscando rumbo, siempre en el camino del Escultismo.

¡Feliz San Jorge!

Buena caza y largas lunas.


7 de abril de 2015

La casa por el tejado

Siempre diré que tengo fe en las personas, pero sobretodo tengo fe en ti. Si lo se suena cual arco iris y cual palabras de poeta, pero si no lo dijera no sería yo.

He sentido muchas cosas, por muchas personas y en momentos muy diferentes y arriesgándome siempre que creo que la persona vale la pena.

Llámame loca si quieres, pero realmente siento que vales la pena. Intento escribir el cómo me haces sentir, pero una de tus características es que no se expresarlo.

Solo me sale darte las gracias, porque en este tan corto tiempo has desmontado mis esquemas y has tenido una paciencia que siendo sinceros, nunca nadie tuvo conmigo, siempre la tuve yo. Y eso, para alguien que refleja todo en sus inseguridades, significa mucho. 

Si algo voy viendo es que eso de expresar qué sientes, no va contigo y por ello cada vez que lo haces la que se queda sin palabras soy yo.

Se que me requerirá de paciencia y tiempo comprobar que esto cuaja y que te quedaras por esta ciudad medio en ruinas más tiempo que los anteriores.

Se que me dejaré llevar por mis miedos e intentaré construir la casa por el tejado, me voy disculpando ya por ello porque es algo que no podré evitar.

Pero también se que querré ante todo verte bien y feliz. Se que habrá luchas en un intento de que nadie se preocupe por sus cosas, sino por las de la otra persona.

También se que el tiempo se nos seguirá quedando corto cuando estemos rodeados por las canciones y el silencio como amigos. 

Y cómo no, se que puede abrumar ver como alguien escribe lo que lleva dentro y más si es sobre ti, tranquilo no pretendo asustar.

2 de abril de 2015

Sutil

Supongo que hay cosas que uno ya lleva grabado en su piel,
por mucho que intente evitarlo.
Son cosas tan sutiles e insignificantes
que muchas veces ni nos damos cuenta
que las llevamos a nuestras espaldas a cada segundo.

Algo tan sutil como el miedo a que te vayas y no vuelvas.
Sutil pero presente.
Sutil pero fuerte.
Sutil pero visible.
Sutil.

Me repito y repito que eres diferente,
que no volverás porque no te fuiste,
que sigues ahí ausente pero ahí,
que cuando me quiera dar cuenta
vuelvo a estar acurrucada entre tus brazos...

¿ Pero y si no?
¿Y si este silencio empieza a invadir los amaneceres y atardeceres?
¿Y si es el mismo final de siempre?