Dicen que escribir aclara las ideas, que plasmar todo sobre
un hoja ayuda a organizar pensamientos y sentimientos. Era un caos, soy un
caos y seré un caos. Viviendo los últimos meses en el calor de la soledad,
ahora no sé qué hacer o qué sentir. Mis habilidades desaparecieron, estoy
volviendo a aprender a andar… con las caídas incluidas.
Esta semana tengo una tarea, al principio parecía fácil hasta
que me encontré de bruces con un papel lleno de tachones y frases sin acabar.
Debo elegir desde que recuerdo los 10 mejores momentos y los 10 peores. No
logro bajar de 15 por lista, borro y tacho todo lo que escribo… nada me
convence.
¿Hace cuánto tiempo no estoy segura de algo? Demasiados meses diría
yo. Demasiadas caídas e incertidumbres, tantas que me convertí en un puzle aun
sin acabar. Mejor lejos de mi pienso, no quiero dar quebraderos de cabeza a
nadie… mejor solo pienso.
Sigo pensando cómo acabar la lista. Tengo tiempo, pero sé
que hasta que no la termine mi cerebro no podrá pasar a la siguiente tarea, la
cual no he decidido todavía. Soy tan intensa que seguramente pocas personas
logren quedarse sin perder la paciencia. Bipolar me digo a veces, demasiado
emocional día si y día también, experta en pensar, pero no disfrutar.
Mi caos es mucho más intenso ahora que hace meses cuando vivía
en una burbuja, que tranquilidad había en mi burbuja… tanta que no se si
volveré a ella en busca de un poco de paz y lejos de tantos contradictorios
sentimientos.