24 de abril de 2015

Corazón de piedra

Hay personas que no estamos hechas para ser frías o tener un muro de cristal a nuestro alrededor, no podemos. Sentimos lo mismo que el resto pero ni lo ocultamos ni pretendemos fingir que no lo sentimos.

Probablemente seamos los que más ostias nos demos, de tanto sentir y arriesgar. Siempre diremos que no nos arriesgaremos más, que la próxima vez seremos más fríos...pero son mentiras que nos decimos a nosotros mismos. Porque cuando ya estás decidida a entrar en un momento de tu vida en el que no quieres sentir más, alguien aparece, atraviesa esos supuestos muros de cristal que habías construido...y de nuevo la misma historia.

Aún con todo, en el fondo si aprendemos del resto de historias.
Yo aprendí a que cada persona tiene un momento y una velocidad, que si realmente alguien te gusta no sirve de nada meter prisa.

Que aunque creamos que no, la paciencia sale de debajo de las piedras y todo porque tienes esa corazonada de que nuevamente esa persona es diferente. Luego lo será o no, eso como con todo solo el tiempo te da la respuesta.

Si, dije corazonadas. Siguen siendo sentimientos de lo que hablo y llámame loca si a pesar de todo me arriesgo a sentir. Me da miedo, me aterra el darme cuenta de la paciencia que estoy teniendo contigo y de como cada día me trago la inseguridad de que esto que pienso que tenemos sean imaginaciones mías. En el fondo se que no debo tener esa inseguridad, pero no siempre se puede evitar.

Me sorprendo conmigo misma, en otras situaciones ya me habría alejado y no me habría planteado el seguir aguantando. 
Pero lo hago.

No hay comentarios: