27 de febrero de 2015

Desarme interno

¿Qué fácil es analizar los sentimientos de aquellos que nos rodean, y que fácil es esquivar nuestros sentimientos verdad? Sentarnos y pensar sobre cómo me siento, me da terror, realmente dudo si quiero saber la respuesta o si simplemente la se pero no quiero pronunciarla en voz alta.

Hace poco alguien me preguntaba que donde me había dejado esa alegría que me caracteriza, no es una pregunta cualquiera, es una gran pregunta ya que no tengo una respuesta para ella. Me sorprendió ya que si algo intento es reír las 24h del día y no dejar que nadie atraviese mis gruesos muros, pero por desgracia alguien se dio cuenta. Respuesta no le dí, no la tengo o no quiero tenerla.

Pero en el fondo, yo se perfectamente que mi máscara cuando menos quiera acabará rompiéndose a pedazos y soltaré lo que me llevo guardando semanas. Pero no quiero eso. Necesito poner nombre al causante de mi desarme interno. ¿Pero y si soy yo misma la que poco a poco voy agrietando mis cimientos?

Mientras intento averiguarlo, no me busquéis, ni yo misma se dónde voy en busca de la respuesta que necesito.

19 de febrero de 2015

Abismos



Da miedo escribir y plasmar aquello
que no se quiere pronunciar en voz alta.
Las palabras tiemblan en el papel
al son de las palpitaciones de tu corazón.

Pum pum...pum pum

Creía que el abismo tenía menos profundidad.
Pensaba que me agarraría a las paredes de hielo.
Ya no quedan clavos a los que agarrarse.
Solo tus manos y el hielo, entonces caes.

Decides caer, no intentar agarrarte, ya no.
Prefieres una caída limpia y seca a más heridas por el esfuerzo.

Pero por ahora, tus palabras seguirán temblando
al son de los latidos de tu corazón,
porque queramos o no uno no puede elegir qué sentir.

Pum pum...pum pum


10 de febrero de 2015

Tú, por siempre mi ángel

Y cuando menos te lo esperas, regresa ese sentimiento...
Lágrima a lágrima tus ojos se van empañando.
Quieres controlarlo, pero cuando se trata de él, no puedes.

No quiero sentir este vació cada vez que pienso que no estás aquí.
Intento decirme que se me ira pasando con los meses,
pero ya han pasado más que meses
y ese frió agujero que dejo tu ausencia no se va.

Las lágrimas tienen sabor amargo, amargo ante el dolor de no tenerte,
amargo ante la duda eterna de si te hice saber lo mucho que te quería,
la duda eterna de si me recuerdas allá donde estés.
Nunca creía que llegaría a consolarme la idea de un "hipotético cielo",
es más no creo en el, pero la simple idea de que me puedas estar viendo,
apacigua parte de mis lagrimas...al menos temporalmente.

La simple idea de no haberme podido despedir, es algo que me persigue.
La simple idea de no oír tu voz o de no ver tu sonrisa es cuan puñal de hielo clavado

Tú, por siempre mi ángel que me protegió.
Tú por siempre mi ángel, yo por siempre tu princesa de la casa.