16 de junio de 2015

Mi propia sombra

Nuevamente busco el cubrir vacíos y rincones oscuros con besos de quita y pon, con abrazos de pega y sonrisas de cristal. Busco el sentirme mejor conmigo misma entre las frías caricias de quiénes tienen coraza de cristal.

Y ese es mi fallo, mi eterno fallo.

Unos tienen personas que son sus piedras con las que siempre tropiezan, yo como siempre contracorriente me tropiezo con mi propia sombra. Me levan
to mil y unas veces, pero mil y una me tropiezo con ella ante su eterna sonrisa que me recuerda que siempre estará ahí.

Puedo tardar más o menos en darme cuenta, pero por suerte siempre lo hago. Lo hago aunque cuando me miro al espejo me regaño a mi misma por haber intentado vestirme con una piel que, claramente, no es la mía.

Esas pieles frías, esas pieles que sólo buscan caricias al atardecer y soledad al amanecer, esas pieles... no están hechas para mi. Yo necesito pieles que no tenga que estar cambiando cada día. Necesito pieles de caricias al atardecer, de besos de madrugada y sonrisas al amanecer. Necesito pieles que den abrazos cuando sin pedirlo, más te haga falta. Necesito pieles que no busquen un suspiro de placer, sino un suspiro de sentimiento.

Se que busco mucho, para lo poco que se ofrece ahora mismo, pero no puedo buscar menos de lo que necesito...o al menos debo intentar buscarlo aunque siga cayendo al tropezar con mi propia sombra.

No hay comentarios: