25 de febrero de 2014

Camino

Caminas a ciegas, temerosa por el camino que no sabes dónde te llevará.

No puedes dejar de andar, sigues al frente sin saber qué es lo que te impulsa a seguir caminando, o si lo sabes, tu mente se niega a reconocerlo.

Oyes ruidos, voces, ojos rojos que se asoman de entre las ramas, te asustas, pero sigues caminando…quieres llegar al final del trayecto.

No sabes cuánto tardarás en llegar, ni cual será tu paradero final, pero la curiosidad es demasiado fuerte.
Mientras caminas ves una fauna tan diferente a lo habitual, que no dejas de sorprenderte, nunca antes la habías visto, no te asusta, te atrae y por muy diferente que sea, sabes que puedes aprender muchas cosas de todo lo que te rodea.

Sentimientos de miedo, sorpresa, incredulidad te asaltan a cada segundo, nunca obtienes una respuesta que te diga por qué sientes eso, por qué no huyes aún que estás a tiempo…

La respuesta es sencilla, clara, concisa y obvia: te gusta lo que poco a poco vas descubriendo y por ello aún sin saber dónde estarás sigues caminando. Te da igual caerte en un futuro, prefieres vivir el momento y sacarlo bueno de lo que estás viviendo.

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