romper en mil pedazos tu cristal.
De noche o de día,
siempre es buena hora
para intentar romper tu cristal, tu coraza.
No se rinden, no cesan,
no se cansan.
Siempre buscando el mismo objetivo.
Siempre actuando de la misma manera.
Siempre la misma diana, tú.
Piedras grandes,pequeñas o medianas.
Piedras silenciosas.
Piedras ruidosas.
Piedras que queman.
Piedras gélidas.
Pero siempre piedras y más piedras.
Unas veces rompen el cristal,
otras rebotan haciendo un gran estruendo.
Unas veces te golpean,
otras logras esquivarlas.
Pero siempre algún guijarro llega a ti,
siempre el ruido del choque
contra el cristal logra
interrumpir tu tranquilidad.
Te preguntas si es porque
estés alterando su rutina
o si hiciste algo política o moralmente incorrecto,
pero ves que no.
Son arrebatos infantiles
en un intento de hacerte
cambiar de parecer,
arrebatos que pretenden
que cedas a sus caprichos.
Pero no se dan cuenta
que por muchas piedras que tiren
nada va a cambiar y
que tarde o temprano
tendrán que aceptarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario