El viento se quiere
llevar la hoja
hacia el mar,
me dice que
les tengo que
dejar marchar...
a esos recuerdos
que no se volverán
a hacer realidad.
La fuente me susurra
que las agujas
no se pararan,
que se seguirán moviendo
y que lo tengo que aceptar.
El viento va mas despacio
para poderse acercar,
y entonces susurar
que no tengo que llorar,
que no me tengo que apenar.
Porque esos recuerdos
se trasformarán
en una rosa
bella y fuerte
que no llegará
a marchitar jamás.
Que formaran parte de mi caminar
porque son huellas
que dejé
mucho tiempo atrás;
que ni el paso del tiempo
ni ninguna tempestad
lograran borrar...
ya que forman
parte de mi vida,
y eso no cambiará.
2 comentarios:
Muy inspirada te veo...
ya ves profe cosas de la vida...
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